Restaurando la confianza: el Proceso de Corfú
El Proceso de Corfú comenzó con una crisis y una propuesta. En junio de 2008, el Presidente ruso Dmitry Medvedev, poniendo de relieve la necesidad de hacer inventario de los acuerdos de seguridad de la época posterior a la Guerra Fría, pidió que se iniciara un nuevo diálogo sobre seguridad europea encaminado a la elaboración de un tratado jurídicamente vinculante.
La guerra de agosto de 2008 en el Cáucaso meridional puso de manifiesto los peligros que representaban para la seguridad colectiva los conflictos no resueltos en el área de la OSCE, así como la urgente necesidad de hacer frente a las amenazas existentes y a las nuevas. Dos meses después de la guerra, el Presidente francés Nicolas Sarkozy pidió que se celebrara una Cumbre de la OSCE para estudiar la propuesta de Medvedev y las ideas de la UE sobre la estructura de seguridad europea.
La Presidencia finlandesa de 2008 inició el debate en el Consejo Ministerial de Helsinki celebrado en diciembre de ese año. En junio de 2009, la Presidencia griega lo continuó con una reunión informal de Ministros de Asuntos Exteriores de la OSCE y representantes de la OTAN, la UE, la OTSC y la CEI, en la isla de Corfú.
En la reunión, los Ministros de Asuntos Exteriores iniciaron el Proceso de Corfú, con el fin de restaurar la confianza entre los Estados y de llevar adelante el diálogo sobre seguridad euroatlántica y euroasiática. La decisión se oficializó en el Consejo Ministerial celebrado en Atenas en diciembre de 2009, con tres directrices básicas:
- Adhesión al concepto de seguridad global, cooperativa e indivisible;
- Cumplimiento de las normas, principios y compromisos de la OSCE en sus tres dimensiones, con plena y buena fe, y de manera coherente por parte de todos;
- Decisión de fortalecer la asociación y la cooperación en el área de la OSCE, así como de mejorar la eficacia de la Organización y su contribución a la seguridad.
Bajo la Presidencia de Kazajstán en 2010, continuó el Proceso de Corfú mediante reuniones periódicas en Viena, y los progresos fueron examinados en una reunión informal de Ministros de Asuntos Exteriores que tuvo lugar en Alma-Ata, en julio. Esos debates, a su vez, condujeron a la decisión de celebrar la Cumbre de Astana los días 1 y 2 de diciembre, con objeto de llegar a un acuerdo al más alto nivel político sobre un marco de medidas para la comunidad de seguridad euroatlántica y euroasiática.
Los Ministros de Asuntos Exteriores de la OSCE acordaron que el Proceso de Corfú se centraría en ocho temas:
- Aplicación de todas las normas, principios y compromisos de la OSCE;
- Función de la OSCE en la alerta temprana, la prevención y resolución de conflictos, la gestión de crisis y la rehabilitación posconflicto;
- Función del control de armamentos y de los regímenes de fomento de la confianza y la seguridad en la promoción de la confianza en un ambiente de seguridad cambiante; amenazas y retos transnacionales y multidimensionales; desafíos económicos y medioambientales;
- Derechos humanos y libertades fundamentales, así como democracia y Estado de derecho;
- Mejora de la efectividad de la OSCE; e
- Interacción con otras organizaciones e instituciones, sobre la base de la Plataforma para la Seguridad Cooperativa 1999.